1 de marzo de 2015

TransAtlas... La travesía del desierto.





Impresionante travesía la vivida junto a mi compañero M.Angel a lo largo de Marruecos y su cordillera infinita. Volamos hasta la milenaria ciudad de Fez vía Barcelona para cruzar el Atlas e intentar alcanzar las puertas del desierto en las dunas de Merzouga. El parque nacional e Aguelmane Azigza, preatlas, Atlas, Todra, Dades, Saghro y Sahara serian lo spuntos clave de estas 8 exigentes etapas empleadas para cubrir los más de  1100 kms en las que la dureza vendria a diferencia de otros recorridos, por la falta de recursos durante la travesía, el calor del Sahara y a 2700m+. A pesar de ser un viaje de corte alforjero, viajamos como en otras ocasiones con mochila ligera y lo justo para pernoctar ya que tendremos más autonomía de cara al largo kilometraje de cada etapa. Si lo que buscábamos era una aventura, sin duda allí la encontramos y aquí os la contamos... un Atlas cargado de nieve como pocas veces se ha visto, nos regalar'ia una de las mayores experiencias de nuestras vidas...





1ª ETAPA: Fez - Azrou




FICHA DE RUTA:                                                                                                                                

-Fecha: 26/02/2015
-Descripción: 
-Distancia: 87kms
-Duración: 
-Desnivel+: 1635m+
-Cota máxima: 1781m
-Dificultad física: 
-Dificultad técnica: 
-Track: 


CRÓNICA:                                                                                                                                                

A diferencia de otros años, esta temporada tanto calendario como los retos que había sobre la mesa nos obligan a realizar la primera travesía del año en Febrero y aunque el país elegido es Marruecos y el reto cruzar el Atlas para alcanzar el Sahara no será precisamente su calor característico el que nos acompañe. La caprichosa naturaleza, asociada con infinidad de obstáculos serían una constante a lo largo del viaje.

Con esta tesitura salimos ayer dirección Barcelona para volar a la milenaria ciudad de Fez donde daría comienzo nuestra aventura. Fundada a finales del siglo VIII , considerada ciudad imperial además de centro cultural y religioso del país, la cuarta ciudad en importancia de Marruecos nos recibiría con su característico caos. Fez posee dos aprtes claramente diferenciadas donde el se produce un fuerte choque económico e incluso cultural entre las zonas en auge y su casco antiguo en el que parecen no haber pasado los años.




Partimos ya con cierta experiencia y los trámites hasta pisar territorio marroquí salen según lo esperado. Otra cosa es una vez allí donde el desorden es máximo hasta el punto de vernos sin darnos cuenta en un taxi ilegal mercedes con más años que el hilo negro y nuestras bicis amarradas en el maletero con una cuerda camino de sus ajetreadas calles donde preparar todo el material y dar comienzo a la travesía.








Nada más aterrizar deberíamos solucionar el primer escollo de importancia vital para nosotros. La intención era negociar con algún lugareño la guarda y custodia de las cajas de embalaje hasta nuestra vuelta. Con el arte del negocieo sería nuestro propio taxista el que se haría cargo de ellas para nuestra tranquilidad a condición de recogernos a la vuelta.



 

Y así, entre cientos de miradas curiosas ponemos todo apunto y comenzamos la marcha en dirección sur para cubrir los primeros 87 kms y 1600m+ que nos servirían de toma de contacto con este peculiar país.






En su primer tramo el paisaje lo formarían bastas extensiones donde la agricultura y ganadería se muestran como el motor económico de las distintas poblaciones que las salpican. Sus gentes siempre amables no dudan en saludarnos a nuestro paso, incluso en bromear con nosotros.








Bhalil, Sefro o Imouzzer son algunas de ellas donde se observa una mayor afluencia de gente aunque no de su actividad ya que todo el mundo no parece tener nada mejor que hacer que ver pasar el tiempo. Marruecos muestra un evidente retraso al que nos debemos ir haciendo poco a poco y que se iría agudizando en cada jornada.







Es alucinante como infinidad de niños salen a la carretera a animarnos y más alucinante aún es la falta que tienen. Las calles rebosan vida alcanzando su máximo apogeo en los mercados donde todo tipo de alimentos en dudoso estado amontonan cada puesto. En Imoizzer kandar, lugar elegido para comer ha tenido lugar la anécdota del día, que lamentablemente se quedará grabada a fuego en mi mente para siempre.








Mientras comíamos una vez más un grupo de niños se han acercado a la mesa. No era curiosidad lo que tenían, era hambre pura y dura. Señalaban nuestra comida, que no hemos dudado en ofrecerles rápidamente. En una bolsa vieja han mezclado todo lo que había sobre la mesa mientras daban las gracias con esa carita baja llena de mocos. Parece mentira lo ajenos que vivimos a la situación de gran parte de un planeta en el que vivimos bajo el lema de "Salvese quien pueda".




Con la tristeza y el frío metidos en el cuerpo hemos continuado la marcha cruzando la reserva de caza de Ifrane donde el lago Aoua a guiado nuestras pedaladas. Junto a su margen observamos gente disfrutar como nosotros de este bello lugar, pero hasta el momento ni rastro de turistas...





La tranquilidad duraría poco ya que vamos con retraso y decidimos cruzar el parque por una carretera comarcal más directa donde el típico control policial que hemos encontrado en el cruce ha sido lo único decente en varios kms de asfalto lamentable y conducción camicace.





Finalmente y con la tarde bien entrada llegamos a Ifrane, ciudad en auge donde se observa un poder adquisitivo muy por encima del resto. El palacio real vacacional y las pistas de ski dan una idea de la bollante economía local.




Desde allí hasta Azrou hemos tomado una rápida carretera entre montañas llenas de neveros que gracias a su porcentaje descendente hemos tardado poco en recorrer ganándole la partida a la noche y al frío que nos acechaban de manera inminente. Mañana será otra historia...



Con la noche totalmente encima y gracias a la ayuda de unos bomberos, localizamos el primero de nuestros alojamientos. Tras un breve paseo por la ciudad y charlar con algunos muchachos no dudan en abrir la trastienda de un restaurante ya cerrado donde tuvimos el gusto de probar la fabulosa gastronomía local.




2ª ETAPA: Arzou - Ajdir




FICHA DE RUTA:                                                                                                                                

-Fecha: 27/02/2015
-Descripción: 
-Distancia: 134kms
-Duración: 
-Desnivel+: 3193m
-Cota máxima: 1877m
-Dificultad física: 
-Dificultad técnica: 
-Track: 


CRÓNICA:                                                                                                                                                







Como bien anuncie ayer, hoy daba comienzo el verdadero reto y con el una de las etapas más desgraciadas de mi vida cicloturista. Contra todo pronóstico logramos finalizar sanos y salvos. Hemos sabido improvisar, recomponernos y no dejar que el cúmulo de desdichas nos hayan aguado la fiesta.








En otro lugar no hubiera pasado nada de esto, pero estamos en Marruecos, a las puertas del atlas y como es de suponer la falta de recursos es total incluso en algunas poblaciones conocidas. 






Antes de que suene el despertador ya estamos en pie. Aquí amanece muy temprano y la ajetreada Azrou que encontramos anoche tiene ahora sus calles desiertas mientras tímidamente comienzan a cobrar vida.







Tras un típico y abundante desayuno de dulces y crepes salimos por las empinadas calles de la ciudad, un paseo comparado con las primeras rampas del día una vez fuera de ella. Un largo tramo estremadamente técnico nos hace emplearnos cogiendo altura rápidamente hasta alcanzar la pista principal que recorre el parque nacional de Aguelma Azigza. 






El objetivo de hoy es cruzarlo casi en su totalidad hasta llegar a la pequeña población de Ajdir junto al lago Aguelma. 







Aunque siempre ascendiendo vamos sumando kms a buen ritmo entre la infinidad de neveros dispersos a ambos lados del camino que nos dan una idea de las bajas temperaturas que azotan estas cumbres del pre-Atlas. 






Nada nos haría pensar en la que se avecinaba. 














Conforme vamos cogiendo altura la nieve va comiéndose cada vez más la pista hasta el punto de que al intentar cambiar de valle nos encontramos pedaleando sobre una auténtica alfombra blanca que todo lo cubre, incluido nuestro camino por el que se nos hace muy penoso el progresar, viéndonos obligados a patear muchos tramos.










A paso malayo mientras empujamos la bici logramos salir de esta inesperada trampa bajo la atenta mirada de los cientos de monos que copan los frondosos bosques de cedros. 








Ya en tierra firme cogemos de nuevo la pista que nos conduciría hasta un inmenso lago que flanquearíamos por sus orillas llenas de vida en las que los pastores abastecen su ganado. 



Esta bonita estampa poco duraría porque de nuevo volveríamos a vernos con la nieve casi por las rodillas agotando nuestras fuerzas a pesar de no haber cubierto ni la mitad de los 134kms previstos para hoy.







Horas después conseguimos alcanzar de nuevo la pista principal y aprovechamos para soltar un poco las piernas. 




Siguiendo la recomendación de las distintas guías turísticas nos desviamos rumbo oeste en busca del valle de Ourzu cuyo corazón encierra unas impresionantes cataratas y un pintoresco pueblo con unas inmejorables panorámicas.



Aún me estoy arrepintiendo de la idea ya que hemos tenido graves problemas de orientación debido a la penosa cartografía de la zona y la inoperancia del GPS. 


Navegando a ciegas conseguimos finalmente volver a enlazar el track y como no podía ser de otra manera hoy, ni había cascadas a pesar del deshielo y peor aún, no había nada que echarnos a la boca.



Tiene que ser una anciana beréber la que nos saque del apuro dándonos un pan redondo que ha sabido a gloria. 



Prosiguiendo con la mala suerte, el GPS vuelve a tomar como buenos caminos absolutamente intransitables, lo que nos obliga a dar un rodeo kilométrico en busca de alguna de las ciudades más al oeste, que aunque mucho más alejadas a buen seguro tendrían un acceso más asequible. 




Con este panorama y la moral por los suelos salimos del parque en dirección a Mirit. El camino aunque rompepiernas, es bastante rodador y salvando algunas dificultades a la hora de vadear algún río conseguimos atravesar su verde y ondulada orografía y plantarnos en sus bulliciosas calles.



Desde allí solo restarían algo más de 30 kms hasta Khenifra, la ciudad más cercana a nuestro destino, cuya entrada tras volver a jugar a la ruleta rusa en las estrechas carreteras marroquíes nos ha sabido a victoria de Etapa. Este traspiés con final feliz tendrá consecuencias en la etapa de mañana a la cual tendremos que añadirle 25 kms extra para conseguir volver a entrar al parque de Aguelma y seguir así con el itinerario previsto. Mañana pisamos ya el Atlas puro y duro, y no habrá opción ninguna al fallo. Esperemos la mayor de las suertes...



3ª ETAPA: Ajdir - Tagoudit




FICHA DE RUTA:                                                                                                                                

-Fecha: 28/02/2015
-Descripción: 
-Distancia: 128kms
-Duración: 
-Desnivel+: 2691m+
-Cota máxima: 2030m
-Dificultad física: 
-Dificultad técnica: 
-Track: 

CRÓNICA:                                                                                                                                                


5:30 pm y con el llamamiento al rezo a modo de despertador pongo los pies en el suelo para comenzar la rutina previa a la etapa. Al kilometraje y desnivel de hoy debemos sumarle los 25 pendientes de la jornada de ayer y aunque es más asequible, el entorno será mucho más duro a medida que entremos en el Atlas. Por esa razón decidimos ofrecer algunos dirhams a alguno de los cientos de lugareños que apostados en cada esquina esperan una oportunidad.





Poniendo fin a nuestra mala racha coincidimos con un marroquí con pasado en Cartagena, que en perfecto castellano se ofrece a llevarnos hasta Ajdir para comenzar la etapa según el plan establecido.




28-Febrero-2015. Dudo que pueda nunca olvidar la fecha en la que he sobrepasado de largo mis límites, quizá no en lo físico, ni en lo mental ya que he salido tremendamente reforzado, si no porque he visto la cara más cruda de un entorno natural del que por momentos crei no poder salir.




Comenzamos la tercera etapa dando pedales de nuevo entre infinitos cedros cuya umbría hacen bajar el mercurio de manera considerable. Por suerte cuento con la ropa de "Caramba PRO-TEAM" que mi buen amigo Juanma me ha regalado.




Como siempre en estas extensas montañas pasamos la mayor parte de la jornada en continuo ascenso. La pista es cómoda relativamente y en cada codo que hacemos se nos llenan los ojos con las impresionantes vistas, 




pero no es hasta coronar el primero de los puertos cuando quedamos perplejos ante la majestuosidad del Atlas.


Desde nuestra panorámica oteamos todo el horizonte con una kilométrica cordillera cargada de nieve recortando el cielo de lado a lado. 



Descendemos rápidamente entre valles en los que 



solo pastores y agricultores levantan la mirada de sus tierras cuando sus hijos nos salen al encuentro gritando y saludando, les fascina vernos y y a mi pararme con ellos no pidiendo evitar acordarme de lo que tengo en casa. 



Transcurrida media mañana comenzamos con la segunda de las ascensiones, pero a medida que ganamos altura vuelven a sobre volar sobre nosotros los fantasmas de la jornada anterior.



3 eternas horas nos llevaría salir del pre-Atlas haciendo casi omiso de las advertencias de un anciano que desde la lejanía nos advertían de la imposibilidad de seguir por esa ruta.




Exprimiendo hasta el último gramo de fuerza y con la nieve por las rodillas conseguimos lo que en muchos momentos nos parecía imposible. 





Una fuerza mental absoluta y el saber que pagaríamos caro quedarnos allí atrapados nos hace salir de esa tremenda emboscada para volver a rodar como el rayo en busca del pueblo más próximo donde poder abastecernos de agua y comida, cosa que no conseguiríamos hasta las 4 de la tarde.





Llegamos a Boumia, una ciudad más pobre si cabe que las anteriormente visitadas donde un pan relleno, fruta y dulces nos hacen retomar el aliento.  




A estas alturas sabemos que no llegaremos a nuestro destino así que calculamos bien nuestros pasos para poder llegar a alguna población con recursos mínimos. 



Siguiendo el basar del Atlas pedaleamos en medio de la nada durante 40 interminables kilómetros siempre con el viento azotandonos de costado.


Para cuándo ya reinaba la oscuridad absoluta llegamos a Tounfite,nunca mejor dicho "muriendo en la orilla" pues nos vemos obligados a cruzar un rio con la bici a cuestas y a pesar de todo las casi 9 horas de pedaleo solo han servido para acariciar la meta a solo 20 kms. 




 Volvemos a ir con retraso pero jamás imaginamos que llegaríamos hasta este lugar desde el que escribo donde hemos sido el foco de atención total restandole algo de monotonía a la vida de unas gentes que viven en la más absolutas de las pobrezas. Gracias a todos los que seguís esta aventura y en especial a Miguel Ángel que ha luchado como una bestia para poder terminar. Lo que mañana nos depare esta tierra hostil ya casi que ni nos impresiona... 



4ª ETAPA: Tagoudit - Msemrir 





FICHA DE RUTA:                                                                                                                                

-Fecha: 1/03/2015
-Descripción: 
-Distancia: 154kms
-Duración: 
-Desnivel+: 3335m+
-Cota máxima: 2404m
-Dificultad física: 
-Dificultad técnica: 
-Track: 


CRÓNICA:                                                                                                                                                


Amanece en Tounfite, sin duda el agujero más oscuro en el jamás he estado. Hemos pasado la noche como bien hemos podido, sin ducharnos, mal cenados y metidos en un catre en el que hemos dormido tiesos como momias por no movernos. Entre eso y que no teníamos ni un trapo a modo de cortina, a las 6:30 estábamos ya en pie prestos a salir cuanto antes. 



Hoy es la etapa reina, cruzaremos el Atlas de lado a lado durante 150 kms y algo más de 3000m+.Estamos en el Marruecos más profundo y la información sobre la ruta a seguir es algo confusa debido a las últimas nevadas. Mohammed, un marroquí decidido pero de pocas palabras se ofrece a reconducirnos hasta la pista que debemos tomar y que según el esta en buenas condiciones.



 Montados en su destartalada ranchera retamos a todo el que se cruza con nosotros a apartarse antes y cruzamos ríos a contracorriente como el que hace un ceda el paso. 



 No nos hemos despedido de nuestro improvisado guía cuando ya tenemos un grupo de chiquillos revoloteando a nuestro alrededor esperando sacar provecho de nuestra visita al grito de "monsieu...chocolat!!" Por lo que compartimos unas barritas con ellos y marchamos del lugar antes de que se nos vaya la cosa de las manos.




 Afngou es un poblado con una triste historia, hace años una extraña epidemia término con la vida de la mayoría de los niños que allí vivian. A día de hoy el gobierno ha tomado algunas medidas y ayudado a malas penas a que estos chavales de gesto alegre vuelvan a corretear descalzos por sus callejuelas de barro con los mocos por la barbilla. 



Comienza el día con un principio de etapa demoledor, nunca he subido una sucesión de puertos tan duros y largos como estos, el Col Tiz Timicha de 2409m y los que le preceden alcanzan con cotas de hasta 2650m.






Con los ojos clavados en el asfalto y siguiendo la caravana de mujeres que transportan leña sobre sus mulas conseguimos coronar la carretera más alta del Atlas entre un corredor de nieve totalmente impracticable en su último tramo. 









La panorámica es impresionante, así que tomamos varias fotos como recompensa y nos dejamos caer a buena velocidad apresurando el ritmo cuando toca dar pedales para recuperar el tiempo perdido en el ascenso.



Gracias a Dani Cegarra y Eugenio Martínez de Mundobici por estas máquinas de devorar kilómetros que nos montaron en su día. 


 Uno con otro vamos cruzando pequeños poblados anegados en un barro que sólo el agua de los muchos ríos que nos vemos obligados a cruzar es capaz es capaz de despegar de nuestras bicis y zapatillas. 




En Bou Azmou, el último conjunto de casas mínimamente civilizado por fin volvemos a tomar una comida decente. El gerente del local y conocedor de la zona nos advierte que volveremos a tener problemas si decidimos alcanzar el Sahara por la Garganta del Dades desde Msermir. 



Todos los accesos están cortados y la única opción de llegar al es por el Todra, punto ineludible de la travesía pero previsto para la etapa siguiente en su parte más septentrional.





Esta vez optamos por no jugárnosla y aunque la decisión condicionará totalmente las dos siguientes etapas tomamos dirección hacia la más angosta de las gargantas. 40 kms de ascenso nos separan del collado de Ait Hani, última barrera natural del Atlas que encierra al otro lado del valle una pequeña aldea con el que comparte nombre y cuyo deshielo riega sus verdes campos. 



Ante esta nueva e impredecible situación optamos por dar pedales hasta que comience a caer la noche y buscar un lugar que con poco ya sería mejor que el de la noche anterior. 



Es entonces cuando un joven sale a nuestro encuentro también en bicicleta intentando llamar nuestra atención. Dice tener un albergue y que nos tratara bien. Algo escépticos decidimos darle una oportunidad aunque sea por el esfuerzo empleado y bendita sea la hora en la que Hamid nos sentó en su mesa y dio cobijo en su bonita kasba de adobe porque nos ha hecho sentir como en nuestra propia casa.



 Ni que decir tiene , que en agradecimiento dobláremos los 240dirhams(24€) que pretende cobrarnos a los dos por cenar, dormir y desayunar. De otra manera no podría irme de aquí con la conciencia tranquila... Sabiendo que mañana despertaremos aquí no podrá empezar el día mejor.. Buenas noches!!





5ª ETAPA: Msemrir - Tinghir 





FICHA DE RUTA:                                                                                                                                

-Fecha: 2/03/2015
-Descripción: 
-Distancia: 124kms
-Duración: 
-Desnivel+: 1861m+
-Cota máxima: 2672m
-Dificultad física: 
-Dificultad técnica: 
-Track: 


CRÓNICA:                                                                                                                                                

Quintó día de travesía y con el daremos fin el principal escollo que da nombre a esta travesía "TransAtlas". A partir de aquí de nuevo cambio radical de paisaje, gentes y formas de vida algo más civilizadas hasta que de nuevo el Sahara nos deparé la soledad absoluta. 
Abro los ojos e intento estirar mis anestesiadas piernas. El culo no va mucho mejor así que un poco de crema en ambos hará al menos de placebo. 
Escuchamos la llamada de Hamid que ya nos tiene preparado el desayuno en la terraza. Es un privilegio estar en semejante remanso de paz y más aún entablar conversación con el, que nos da una auténtica lección de vida y superación.  



Hoy no hay prisa el cúmulo de circunstancias acontecidas a propiciado que la etapa de hoy sea algo más asequible. De los 140 kms que hay por delante haremos parte importante en un gran taxi por una de las carreteras más peligrosas de Marruecos. Redondeando la cifra a 100 kms emplearemos el día en recorrer las afamadas gargantas del Atlas medio y que tanto turismo atraen.




 Mientras nos despedimos de nuestro anfitrión soltamos freno y nos adentramos siempre siguiendo el curso del río en la impresionante garganta del Todra que se va encajonando cada vez más hasta el punto de casi tocarse sus paredes dejando el mínimo espacio a la carretera que las atraviesa.










No somos los únicos interesados en el lugar, por primera vez vemos occidentales y nos da cierta seguridad, todos somos observados por los ya acostumbrados ojos de algunos nómadas que viven en las alturas y que por mucho que les devolvemos la mirada no alcanzamos a adivinar como llegan a semejantes nidos de águila.













También vemos el primero de los palmerales tan típico de este lado y que concuerda más con la idea preconcebida de lo que solemos creer que es Marruecos.



Este tranquilo tour fotográfico nos lleva toda la mañana, no hay prisa, sabemos que en Tinghir nos adelantaremos al horario previsto una vez negociemos el Taxi. 


Tinghir es una ciudad grande con bastante más medios y tras preguntar mientras almorzamos nos acercamos a lo que ellos llaman "estación de taxi", un enjambre de marroquíes que sin control ninguno discuten entre ellos bajo un sol abrasador quien se lleva el gato al agua y que en nuestro caso por poco llegan a las manos. 


Una vez vuelta la calma nos disponemos a cruzar la extensa llanura que nos separa de Boulmane a pique de que se desarmara el coche por el camino.
Ya montados de nuevo en nuestras burras de carbono salimos directos a por uno de los platos fuertes del día que no puede faltar en cualquier viaje a Marruecos.




La garganta del Dades inaccesible ayer por su cara norte nos permitiría hoy contemplarla en toda su magnitud y volvernos con esa foto tantas veces vista desde casa.











Aunque la jornada de hoy ha sido más llevadera el cuerpo ya no distingue y pedaleamos por inercia hasta Oued Dades donde intentar encontrar alojamiento ya es una aventura por si sola. La sopa arira y una fuente de coucus pondrán fin a esta nueva etapa. Mañana volvemos a cambiar de escenario radicalmente con el Jbel Sagro y sus moles de roca como enemigo a batir.





6ª ETAPA: Tinghir - Nkob




FICHA DE RUTA:                                                                                                                                

-Fecha: 3/03/2015
-Descripción: 
-Distancia: 129kms
-Duración: 
-Desnivel+: 2060m+
-Cota máxima: 2301m
-Dificultad física: 
-Dificultad técnica: 
-Track: 


CRÓNICA:                                                                                                                                                


Sin darnos cuenta sumamos otro día más en nuestra travesía y solo cuando repasamos los mapas turísticos de cada alojamiento parece que asimilamos lo que llevamos en el lomo. De aquí en adelante el recorrido nos irá dando tregua aunque a buen seguro que algo nos encontraremos a nuestra entrada al desierto.
Dejamos Boulmane más tarde de lo normal, hoy no hay prisa, aunque tenemos un hueso duro de roer sabemos que llegaremos con margen de sobra. 
Mientras doy mis primeras pedaladas no me quito de la cabeza la imagen de la mujer del servicio de habitaciones mudando las camas con su bebe enganchado en el fular, esta claro que aquí la vida lleva otro ritmo distinto al que nosotros estamos acostumbrados.
La etapa de hoy ha tenido dos partes bien diferenciadas.


Primero nos veremos obligados a tomar durante 10 kms la peligrosa carretera que ayer tratamos de esquivar y que nos sacaría de la ciudad junto al valle de las rosas y después seguiríamos el track valle abajo hasta Nkob, la ciudad de las kasbas. Como aquí no hay día que nos escapemos, para llegar de un lado a otro tendríamos que remontar el Jbel Shagro, una tremenda mole de suaves formas en su cara norte y un caos de roca en la sur por donde serpentea la fracturada pista que cruza esta última puerta de entrada al Sahara. 



Aunque no dejamos de ascender en ningún momento, los primeros kilómetros son bastante cómodos, circunstancia que aprovechamos para no sufrir muscularmente demasiado y llegar lo más frescos posible a pie de puerto. Varias son las pistas que se enlazan entre las pocas casas que hay desperdigadas en esta extensa planicie. 



Sus gentes parecen gozar de un nivel de vida mejor que el de sus vecinos del norte y todos trabajan pastoreando, recogiendo hierbas para hacer especias o fabricando ladrillos artesanalmente. También se observa un mayor influencia religiosa en su vestimenta, además de ser mucho más escurridizos en el trato. 



Tras coronar el primer puerto del día que nos hace ir subiendo piñones según llegamos a su cumbre, relajamos levemente en la corta bajada y llegamos a una intersección en la que tomamos dirección oeste, que como no podía ser de otra manera es la más exigente.





Pronto empieza a aumentar el porcentaje de sus rampas y la cosa empieza a ponerse sería con el añadido de la omnipresente nieve que una vez más hace acto de presencia con la suficiente intensidad como para convertir el camino en un lodazal. 




Llegado el medio día conseguis alcanzar los 2400m abriendose ante nosotros un paisaje nuevo, parece como si de otro viaje se tratara.



Estamos en la cima del Shagro y no encontramos mejor lugar que este para descansar mientras llenamos barriga y pupilas al mismo tiempo.



Sin poder dejar de mirar hacia abajo comenzamos un tremendo descenso en picado a través de un interminable pedregal que nos llevara más de una hora superar y que agotara nuestros brazos casi tanto como las piernas. 



Poco a poco volvemos a la horizontalidad y la trialera se convierte en una pista comida por la arena en algunos momentos.



Este detalle y el viento caliente que nos da en la cara nos avisa que cada vez estamos más cerca del desierto. 



De los 100 kms de hoy sólo restaría coger uno de los verdes valles que llevan a Nkob y que tan cuidadosa mente cuidan sus gentes como si de un jardín se tratase.




Al igual que en la mañana decenas de pistas se cruzan sin rumbo fijo. Ante tal laberinto optamos por salir del track y confiar a la suerte nuestra llegada a la ciudad. En uno de esos dudosos quiebros encontramos a un anciano tirando de una burra que nos pide agua a lo lejos, aún le quedan 20 kms, esta totalmente deshidratado y muy probablemente se le haga de noche. A sabiendas que nosotros si llegaríamos, le damos nuestro agua que agradece una y otra vez agitando las manos. Ya en la ciudad, a la sombra del adobe seriamos nosotros los que saciariamos nuestra sed celebrando la sexta llegada con éxito antes de buscar una kasba donde pasar la noche. Mañana arena y más arena..















7ª ETAPA: Nkob - Foum Mharech





FICHA DE RUTA:                                                                                                                                

-Fecha: 4/03/2015
-Descripción: 
-Distancia: 139kms
-Duración: 
-Desnivel+: 867m+
-Cota máxima: 898m
-Dificultad física: 
-Dificultad técnica: 
-Track: 


CRÓNICA:                                                                                                                                                


Séptima etapa de la TransAtlas, aunque bien podría ser también la octava, la novena y así seguir hasta poder contar lo que tenía que haber sido el día de hoy y cual ha sido el resultado real. 
Etapa agónica, seguramente la peor de mi vida porque todo lo que podía salir mal ha salido peor aún.  




Sobre el mapa 134 kms de desierto sin apenas desnivel, así que salimos dirección Tazzarine ilusos nosotros echando cuentas de lo prontito que podemos terminar hoy.



 El terreno es totalmente favorable excepto cuando miramos a nuestra derecha y vemos las tremendas fajas montañosas que encierran el temido paso Rmlia que afortunadamente nosotros no tenemos que cruzar.  



En Tazzarine empieza la verdadera odisea. 



El primer traspiés que no tardamos en solucionar es la rotura del eje de mi rueda delantera que en algún momento ha perdido una pieza sin la cual es imposible cerrarlo, pero no hay nada que no arregle una brida y con eso tiramos. Menos suerte tengo cuando al intentar encajar el pedal parto el eje del mismo y me quedo sin el. Tras varias pruebas creo que puedo encajar el cuerpo del pedal y pedalear metiendo la rodilla hacia dentro lo máximo posible, no tengo otra alternativa ni para hoy ni para mañana y a estas alturas de la película ni se me pasa por la cabeza un abandono. 



Siguiendo con las desgracias cuando configuramos el GPS para reanudar la marcha viene la catástrofe del día que marcaría el devenir de la etapa. El track con el que tenemos que navegar desde allí no carga. Sin perder ni un segundo mendigamos unos minutos de internet en una tienducha que se tornarían casi dos horas. Entre clic y clic del ratón me da tiempo ha hacer la digestión, no encuentro soluciones claras y para cuando doy con una que supone un mal menor en forma de más kms, parte del trazado no se graba en el GPS. 



Con los nervios a flor de piel y Miguel Ángel custodiando el material en la puerta rodeado de curiosos revoloteando como abejorros decidimos no perder más tiempo y salir totalmente a ciegas en busca del trazado. 



Son las 12:30 de la mañana y tenemos por delante unos primeros 40 kms inciertos atravesando el valle del Draa. A modo de contrareloj salimos de la ciudad rodando entorno a los 25-30 kms/h que para llevar la casa a cuestas ya una semana no esta nada mál. 



La intuición no nos falla y vamos como el rayo al punto, pero cuando llegamos al extremo sur del trazado y lo estamos ya casi acariciando desaparece el camino. Los pueblos más cercanos, de fortísima influencia africana no nos sitúan ni dan referencia alguna así que volvemos a tirar la moneda y tomamos una pista que parece cubrir los 8 kms que nos faltan.




Lo que nunca imaginamos es que además incluían 500m de agotador destrepe por un cortado pedregoso con la bici al hombro (por cierto...la mía pinchada) ya que la pista moría en lo alto de las montañas. A sabiendas de que es la única solución si queremos mantener alguna opción perdemos todo el medio día para salir de la emboscada y retomar el track. 



No es hasta las 17:30 cuando podemos permitirnos parar a comer algo rápido. Solo nos queda hora y media de luz y 60 kms de desierto por delante pero no nos queda otra que tirar para delante pues si bien sabemos que no llegaremos, nos acercáremos lo máximo posible a la frontera con Argelia donde el paso de camiones y motos dakarianas es continuo.



 A modo de infinita pista tomamos para nosotros solos todo el ancho de un desierto plagado de rodadas, todas ellas en dirección sureste. Conseguimos mantener un ritmo endiablado que solo por momentos es interrumpido por la aparición de la arena que empieza a hacer acto de presencia. 



No sabemos de donde sacamos las fuerzas para volver a rodar casi a 30 kms/h pero si que el cielo se esta apagando y que será la luna llena la que seguirá guiando nuestro camino. Por suerte esta todo tan despejado que ni siquiera hacemos uso de los frontales y rodamos más de una hora en una penumbra que por momentos esconde los montículos de arena cada vez más frecuentes que más de una vez casi nos hacen dar con el suelo.




 La idea es llegar al siguiente pueblo y valorar tranquilamente la situación porque ya la cosa no se puede poner peor. Antes de entrar en Tofroute nos sale al encuentro un joven con linterna ofreciéndonos cobijo en su casa al igual que ha hecho con un francés con el que intercambiamos unas palabras, nos cuenta que hace 7 meses salió andando de su casa y tras entrar en España vía "camino de Santiago" bajo por Portugal, siguió hasta Tarifa y salto a Marruecos para emular nuestro viaje aunque en su caso montado en burro, y luego somos nosotros los locos...!!! 




Rechazamos la invitación pero si ofrecemos unos dirhams si nos acercan los pocos kms de desierto hasta Foum Marech. Llevamos 12 horas de etapa , perdidos muchas de ellas y con infinidad de percances por lo que muy a nuestro pesar nos es imposible terminar por nuestra cuenta. Un destartalado todo terreno lo haría por nosotros saltando entre las dunas. Aquí las experiencias a motor son surrealistas y si ayer miraba incrédulo 5 tíos en una moto más me cuesta hoy entender como nos hemos metido 7 en un coche con dos bicicletas, ah!! Y después de sólo haber podido lavar la ropa una sola vez en todo el viaje os aseguro que no éramos los que más peste echábamos...Buenas y merecidas noches a todos...




8ª ETAPA: Foum Mharech - Merzouga




FICHA DE RUTA:                                                                                                                                

-Fecha: 5/03/2015
-Descripción: 
-Distancia: 97 kms
-Duración: 
-Desnivel+: 596 m+
-Cota máxima: 700 m
-Dificultad física:
-Dificultad técnica: 
-Track: 


CRÓNICA:                                                                                                                                                








Con el sol saliendo por encima del Foum Marech o "Portal de Belén" como es conocido aquí, comienza la última etapa del reto TransAtlas. Al contrario que ayer, cae fuego sobre el Sahara ya en las primeras horas de la mañana. 




Comprobamos de buena mano la teoría de que aquí cuanto más tapado mejor, de lo contrario a la crema factor 50 hay que añadirle un cero más porque ni con esas me he librado de llevar la cara que se puedan asar gambas en ella. 



Este lugar te machaca km a km como nunca antes he visto incluso estando parado, por no hablar de otras partes del cuerpo que ni con el apaño del doble culotte te escapas de ir rabiando toda la etapa. 



 Hoy de nuevo suena la misma canción de cada día, etapa asequible sobre el papel que el entorno se encarga de endurecer terriblemente y termina complicandose sin saber como ni cuando. 



 El propietario del riad donde hemos pasado la noche nos marca la pista a seguir, sus indicaciones demasiado elementales para dos foráneos como nosotros son continuar la pista siempre pegados al cordal de montañas, cosa que así dicha parece sencilla pero que se convierte en un calvario aún llevando gps. 



El entramado de dunas y ramblas áridas nos llevan a la confusión continuamente. Seguimos la estela de los camiones que vemos en la lejanía pero el sol me abrasa la cara y preocupado, tengo que detenerme una y otra vez para comprobar si vamos sobre el track más que del suelo que pisamos. La cosa se complica una vez más, llegando incluso a perder el pedal roto entre la arena, pero ya hasta nos da igual, hemos aprendido a vivir con estas penalidades cada día y sabemos que antes o después saldremos de esta.



Cuando más perdidos nos encontrábamos aparece un todo terreno que nos indica que a pesar de todo vamos por el buen camino, que pronto mejora el firme.
No mentia el marroquí pero desde el volante las cosas se ven de otra manera porque ese terreno sin desnivel esta tan rizado y trillado que es imposible aguantar sentado. 



Como si de una clase de spining se tratase nos pegamos toda la mañana pedaleando de pie e intercalando cadencia con potencia para pasar los bancos de arena. En cada una de las infinitas pistas intentamos fijar la mirada en algún objetivo para de alguna manera ir cumpliendo expediente. 



Es totalmente desolador mirar a ambos lados teniendo la sensación de que nunca llegarás a ningún lugar, sentimiento que se acrecenta cuando alertado por mi compañero para en seco y miro perplejo mi cubierta trasera totalmente rajada y la cámara saliendose apunto de estallar. La rabia me hace continuar hasta que reventemos uno de los dos y tras bastantes kms se rompe el silencio con una fuerte explosión mientras derrapo algunos metros. 




Demasiado a durado en un terreno lleno de lajas y tierra cuarteada de barro seco que cortan como cuchillos.





Con el mercurio atope y comidos por las moscas montamos la cubierta de repuesto que por suerte hemos llevado a cuestas toda la travesía y continuamos unos 10 kms hasta que llegamos a otro riad donde un joven nos atiende estupendamente mientras nos habla de su negocio y sus ambiciosos proyectos. 



Al igual que sus vecinos del desierto vuelve a insistir que el camino es bueno y que las condiciones son óptimas ya que la semana anterior soportaron una tormenta de arena que los mantuvo incomunicados tres días. 



 Salimos con energías renovadas pero la lucha con el terreno sigue siendo extenuante, sólo los dromedarios que nos cruzamos a nuestro paso parecen hacerlo fácil.



 Llegando a doblar el tiempo estimado para hacer los últimos 50 kms ya se ve en el horizonte nuestra meta final, una meta que se resistiría más que nunca y que no daríamos por cruzada hasta ese victorioso choque de manos junto a un cartel que reza "Puerta del Sahara".  








Hoy doy un sueño por cumplido, me siento afortunado de haber tenido la oportunidad de conocer las entrañas de este país, sus costumbres y sus gentes que en cierto modo han hecho cambiar algunas cosas en mi y entender otras muchas.  



Gracias a mi compañero Miguel Ángel, pilar básico en la consecución y éxito de esta inolvidable aventura, gracias a los que me habéis dado tantos ánimos porque muchas de mis pedaladas han sido vuestras y gracias a mi paciente mujer y mi hijo sin los cuales nada de esto hubiera sido posible..












                      PROXIMAMENTE...

3 comentarios:

  1. Estaré pendientes de tus crónicas. Y, si algún día puedo, la haré. Eso sí me plantearé muchas más etapas. Yo con 50 km. ya tengo bastante.

    Mariano Vicente

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  2. Mariano, espero traeros una gran historia que contar . Con los años me he dado cuenta que cada viaje, a su manera hace vivir momentos y sensaciones tan dispares como irrepetibles. Desde sa fabulosa Transmurciana por mi tierra querida ( MIL GRACIAS) hasta los extenuantes Dolomitas, pasando por esa soledad buscada en el Benelux que me hizo encontrarme a mismo como nunca antes.Sabes bien que sobre una bici todo se ve distinto y ahora más que nunca es lo que busco, ver cosas distintas a las vividas hasta ahora. Por eso Marruecos ha sido el país elegido. Una tierra que encierra un valioso tesoro de contrastes desconocido para la gran mayoría y que yo pretendo descubrir. Creo que será una experiencia única en la que más que nunca la bicicleta será nuestra única compañera indispensable para cubrir este enrevesado recorrido. Inmensos bosques de cedros, afiladas gargantas, cumbres nevadas,dunas, oasis y desiertos serán nuestros verdaderos jueces para decidir si nosotros tambien somos merecedores del titulo de "titanes". Hablamos a la vuelta...

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  3. Esperaré impaciente tu regreso. Te deseo que todo salga bien y descubras lo que buscas. Suerte amigo, a tu regreso hablaremos.

    Mariano Vicente

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