Tras verse truncada nuestra aventura himalayista debido al terrible terremoto que asoló Nepal, hemos decidido quedarnos en casa y continuar con nuestro proyecto "TransHispania" que a pesar de su menor envergadura, sin duda nos hará emplearnos para cubrir los algo más de 700 kms y 14200m+ de este nuevo proyecto en tan solo 7 jornadas.
Esta vez serán las flechas amarillas del Camino del Norte y despues el Primitivo, las que guien nuestras pedaladas en una travesía imprescindible en la vida de todo cicloturista, que si bien tenía que haber sido una de las primeras en realizarse, nuestra juventud y hambre montañera han ido arrinconándola en post de otros proyectos más ambiciosos.
El camino elegido de entre los doce posibles ha sido este, ya que se trata de uno de los más exigentes, panorámicos y menos transitados, donde tendremos la oportunidad de enlazar cicloturismo con la historia viva de nuestra tierra y que a buen seguro no nos defraudará.
1ª Etapa: Bilbao - Noja.
-Fecha: 28-07-2015
28 de Julio de 2015, llegó el día nunca mejor dicho porque tras poner en marcha mi cuerpo ya acostumbrado a los madrugones, cargo el material como si de una ruta cualquiera se tratara y tras recoger a Diego cambiamos en un abrir y cerrar de ojos el centro de nuestra querida Cartagena por el 48180 de Loiu, Bizkaia al tiempo que un amanecer mediterráneo bastante cálido se torna en una fresca mañana con aroma a cantábrico impropia de las fechas que corren. De esta manera no habíamos terminado de preparar el material cuando ya buscábamos las primeras referencias en el gps para comenzar esta aventura.
Entramos a Bilbao por el barrio de Deusto y cruzamos la ría del Nervión para comenzar oficialmente nuestro viaje. Como no podía ser de otra manera y a pesar de relentizar aun más esta primera etapa no dejamos escapar la oportunidad de recorrer la ciudad para sentir así oficialmente el pistoletazo de salida.
San Mamés, el parque de Dña Casilda, el Guggenheim o el puente de Calatrava son algunos de los atractivos turísticos que marcarían nuestras primeras pedaladas.
La salida de la ciudad se hace algo caótica debido a un denso tráfico que solo conseguimos abandonar cuando alcanzamos el barrio de Altamira desde donde conseguimos una inmejorable postal de la capital vasca pudiendo contemplar su incesante actividad portuaria y dejando a la imaginación laque un día fue motor industrial mientras cruzamos el ya abandonado parque tecnológico que tantas riquezas dió sus ciudadanos.
Seguimos el curso del río Cadagua para entrar de lleno en contacto con la naturaleza en el Etxeberriako Presa donde la carretera se vuelve más angosta y el aspecto de las viviendas más rural.
Barakalda, Sestao y Portugalete serían algunos de los famosos pueblos que nos guiarían hacia nuestro encuentro con el mar siempre siguiendo las flechas amarillas y demás indicaciones que inundan esta archifamosa ruta.
Con un fluido pedaleo conseguimos alcanzar el mar y recorremos cada una de las puntas que jalonan esta preciosa costa. Lastra, Lucero o Castillo Viejo de Pobeña son algunas de ellas, dando esta última nombre al pequeño pueblo costero donde haríamos la primera comida fuerte del día, por supuesto a base de pinchos...
Con fuerza renovadas seguiríamos siempre la linea de costa entre cabos y ensenadas por un magnífico pero exigente recorrido.
Cada vez que con esfuerzo conseguimos coronar los continuos puntos de costa que se nos presentan, disfrutamos a cambio de un inmejorable balcón natural desde el que contemplar este maravilloso paisaje.
El contraste de las verdes montañas y el mar nos ofrece bellos rincones donde aldeas como Mioño hacen gala de una tranquila vida que ya creímaos desaparecida en nuestros días. Sumergidos en el paisaje cambiamos Vizcaya por Cantabria sin ser conscientes de que esta maravilla solo había comenzado.
Para cuando pensábamos que no podíamos tener los ojos más llenos alcanzamos uno de los puntos clave del día y del viaje. Castro Urdiales el primero de los pueblos pesqueros que goza de la indiosincrasia cántabra se presenta tan tranquilo como sus aguas.
La ermita de santa Ana y la iglesia de Stª Mª de la Asunción se convierten en objetivo de nuestra curiosidad.
Aunque hubiera sido un inmejorable final de etapa, debemos seguir el camino y abandonamos esta bonita población por un camino que discurre paralelo a su ensenada y que pronto volverá a sumergirnos en la naturaleza.
Por momentos el tiempo parece detenerse.
La parte final del trazado sería a traves de estrechos senderos que comunican los pequeños grupos de viviendas que salpican esta tranquila tierra. En ocasiones a pesar de estar a la vuelta de la esquina es tal frondosidad que creemos estar a kms de todo.
Para cuando conseguimos alcanzar Laredo ya casi podemos dar por finalizada la etapa. Decidimos apretar un poco la marcha y llegar con tiempo a nuestro destino para descansar de la ajetreada jornada.
Amanece algo nublado como el día de nuestra llegada lo cual no nos importa por que gracias a ello disfrutamos del Cantábrico con su típica estampa.
Desde la playa de las Islas Sauces con el islote de San Pedro y de la Oliva al fondo al cual podemos acercarnos gracias a la bajamar, comenzamos los primeros kms del día en dirección a la marisma de Joyel donde la calma no puede ser mayor y la aves que hacen suyo este espacio campan a sus anchas con total tranquilidad.
Sin haber empezado como aquel que dice la etapa abandonamos la costa para adentrarnos en otro tipo de paisajes no de menor belleza, que a través de pequeñas aldeas como Castillo de las siete Villas, San Miguel de Meluero, Bareyo o Guemes nos harán aproximarnos a la capital cántabra siempre lejos del tráfico rodado.
La compleja orografía de la costa que recorta caprichosamente el mapa hace que continuamente nos acerquemos y alejemos del mar que a medida que pasan las horas se vuelve más azul por el efecto del sol que ya no se esconde. Así, recorriendo cada rincón dela ensenada de Galizano alcanzamos a buena hora el estuario del Miera y sus extensas dunas desde las que ya se observa Santander.
De nuevo un ferri nos daría unos minutos de descanso y una perspectiva menos común de la bahía de una Santander llena de vida donde la gente se apresura a coger sitio en cada una de sus fantásticas playas donde pasar el día mientras nosotros hacemos la primera comida fuerte del día.
De nuevo seguimos cosiendo el norte de Cantabria sin alejarnos demasiado de la costa, que es nuestra auténtica brújula en esta travesía. Santa Cruz de Bezana o Boo de Piélagos serán algunos de los pueblos que cruzaremos hasta que la estirada silueta de la ría de San Miguel en Suances continuada por el río Saja nos haga rodar más de lo deseado para alcanzar uno de los puntos fuertes del día, Santillana del Mar.
En Santillana del Mar disfrutaríamos de historia y gastronomía a partes iguales sumergiéndonos en sus empedradas calles donde encontramos cada vez más señales alusivas al Camino de Santiago. El largo kilometraje de las etapas diseñadas y la premura por llegar a nuestro destino del día hace que dejemos las Cuevas de Altamira para una futura visita que a buen seguro nos sabrá igualmente bien.
Siempre sin abandonar caminos rurales y pocas veces empleando carreteras secundarias seguimos el camino en dirección Oreña, Cobreces con su famosa iglesia de San Pedro y Novales entre otros pueblos de menor entidad hasta que en la lejanía divisamos las afiladas cúpulas de los edificios históricos de esta ciudad intelectual por excelencia.
Pasado ya el medio día y con las fuerzas algo mermadas aprovechamos un bonito rincón a la sombra cerca del arroyo del Capitán donde recuperarnos para afrontar el último tramo de la etapa.
Desde allí ya solo restarían una decena de kilómetros hasta San Vicente de la Barquera donde un merecido baño en su laguna del parque natural de Oyambre pondría fin a esta bonita etapa.
3ª Etapa: San Vicente de la Barquera - Villaviciosa.
-Fecha: 30-07-2015
4ª Etapa: Villaviciosa - Cornellana.
-Fecha: 28-07-2015
1ª Etapa: Bilbao - Noja.
FICHA DE RUTA:
-Descripción: Sencilla pero larga etapa debido a los kms extra desde el aeropuerto hasta Bilbao tras decidir no hacer uso del transporte público para agilizar la marcha. Tras la breve visita turística por la capital comenzamos a seguir las flechas que nos conducirían desde las pequeñas poblaciones del extra radio hasta los primeros pueblos azotados por el Cantábrico deshaciendo sus 2000 m de desnivel sin puertos de envergadura, circunstancia que se convertiría en la tónica del viaje.
-Distancia: 140 kms
-Duración: 9 h totales, 6:30 en movimiento
-Dificultad física: media - alta
-Dificultad técnica: baja
CRÓNICA:
Entramos a Bilbao por el barrio de Deusto y cruzamos la ría del Nervión para comenzar oficialmente nuestro viaje. Como no podía ser de otra manera y a pesar de relentizar aun más esta primera etapa no dejamos escapar la oportunidad de recorrer la ciudad para sentir así oficialmente el pistoletazo de salida.
San Mamés, el parque de Dña Casilda, el Guggenheim o el puente de Calatrava son algunos de los atractivos turísticos que marcarían nuestras primeras pedaladas.
La salida de la ciudad se hace algo caótica debido a un denso tráfico que solo conseguimos abandonar cuando alcanzamos el barrio de Altamira desde donde conseguimos una inmejorable postal de la capital vasca pudiendo contemplar su incesante actividad portuaria y dejando a la imaginación laque un día fue motor industrial mientras cruzamos el ya abandonado parque tecnológico que tantas riquezas dió sus ciudadanos.
Seguimos el curso del río Cadagua para entrar de lleno en contacto con la naturaleza en el Etxeberriako Presa donde la carretera se vuelve más angosta y el aspecto de las viviendas más rural.
El verde comienza a inundarlo todo y empezamos a disfrutar de los bellos rincones que tanto esperábamos.
La ermita de Santa Agueda sería el primero de los escollos a superar y de que manera se resistiría su conquista alcanzando unos porcentajes que si bien no son los que más nos tienen acostumbrados si que marcarían el perfil de lo que iba a ser esta travesía.
Barakalda, Sestao y Portugalete serían algunos de los famosos pueblos que nos guiarían hacia nuestro encuentro con el mar siempre siguiendo las flechas amarillas y demás indicaciones que inundan esta archifamosa ruta.
Con un fluido pedaleo conseguimos alcanzar el mar y recorremos cada una de las puntas que jalonan esta preciosa costa. Lastra, Lucero o Castillo Viejo de Pobeña son algunas de ellas, dando esta última nombre al pequeño pueblo costero donde haríamos la primera comida fuerte del día, por supuesto a base de pinchos...
Con fuerza renovadas seguiríamos siempre la linea de costa entre cabos y ensenadas por un magnífico pero exigente recorrido.
Cada vez que con esfuerzo conseguimos coronar los continuos puntos de costa que se nos presentan, disfrutamos a cambio de un inmejorable balcón natural desde el que contemplar este maravilloso paisaje.
El contraste de las verdes montañas y el mar nos ofrece bellos rincones donde aldeas como Mioño hacen gala de una tranquila vida que ya creímaos desaparecida en nuestros días. Sumergidos en el paisaje cambiamos Vizcaya por Cantabria sin ser conscientes de que esta maravilla solo había comenzado.
Para cuando pensábamos que no podíamos tener los ojos más llenos alcanzamos uno de los puntos clave del día y del viaje. Castro Urdiales el primero de los pueblos pesqueros que goza de la indiosincrasia cántabra se presenta tan tranquilo como sus aguas.
La ermita de santa Ana y la iglesia de Stª Mª de la Asunción se convierten en objetivo de nuestra curiosidad.
Aunque hubiera sido un inmejorable final de etapa, debemos seguir el camino y abandonamos esta bonita población por un camino que discurre paralelo a su ensenada y que pronto volverá a sumergirnos en la naturaleza.
Por momentos el tiempo parece detenerse.
La parte final del trazado sería a traves de estrechos senderos que comunican los pequeños grupos de viviendas que salpican esta tranquila tierra. En ocasiones a pesar de estar a la vuelta de la esquina es tal frondosidad que creemos estar a kms de todo.
Para cuando conseguimos alcanzar Laredo ya casi podemos dar por finalizada la etapa. Decidimos apretar un poco la marcha y llegar con tiempo a nuestro destino para descansar de la ajetreada jornada.
Un amable ciclista local nos invita a abandonar el track y seguir su rueda recorriendo el paseo marítimo hasta El Puntal, donde una diminuta barcaza nos cruzaría la bahía hacia la marisma de Santoña.
El final de etapa no puede ser más panorámico. Un breve paseo por el canal de Boó nos llevaría hasta la vecina Noja donde pondríamos fin por el momento a nuestras pedaladas.
Un cómodo paseo por la ensenada de Noja con el islote de San Pedro la isla de la Oliva mientras contemplamos la pleamar y una cena contundente completarían las últimas horas de este maravilloso día.
2ª Etapa: Noja - San Vicente de la Barquera.
FICHA DE RUTA:
-Fecha: 29-07-2015
-Descripción:
-Distancia: kms
-Duración: h totales, en movimiento
-Dificultad física: media - alta
-Dificultad técnica: baja
CRÓNICA:
Amanece algo nublado como el día de nuestra llegada lo cual no nos importa por que gracias a ello disfrutamos del Cantábrico con su típica estampa.
Desde la playa de las Islas Sauces con el islote de San Pedro y de la Oliva al fondo al cual podemos acercarnos gracias a la bajamar, comenzamos los primeros kms del día en dirección a la marisma de Joyel donde la calma no puede ser mayor y la aves que hacen suyo este espacio campan a sus anchas con total tranquilidad.
Sin haber empezado como aquel que dice la etapa abandonamos la costa para adentrarnos en otro tipo de paisajes no de menor belleza, que a través de pequeñas aldeas como Castillo de las siete Villas, San Miguel de Meluero, Bareyo o Guemes nos harán aproximarnos a la capital cántabra siempre lejos del tráfico rodado.
La compleja orografía de la costa que recorta caprichosamente el mapa hace que continuamente nos acerquemos y alejemos del mar que a medida que pasan las horas se vuelve más azul por el efecto del sol que ya no se esconde. Así, recorriendo cada rincón dela ensenada de Galizano alcanzamos a buena hora el estuario del Miera y sus extensas dunas desde las que ya se observa Santander.
De nuevo un ferri nos daría unos minutos de descanso y una perspectiva menos común de la bahía de una Santander llena de vida donde la gente se apresura a coger sitio en cada una de sus fantásticas playas donde pasar el día mientras nosotros hacemos la primera comida fuerte del día.
De nuevo seguimos cosiendo el norte de Cantabria sin alejarnos demasiado de la costa, que es nuestra auténtica brújula en esta travesía. Santa Cruz de Bezana o Boo de Piélagos serán algunos de los pueblos que cruzaremos hasta que la estirada silueta de la ría de San Miguel en Suances continuada por el río Saja nos haga rodar más de lo deseado para alcanzar uno de los puntos fuertes del día, Santillana del Mar.
En Santillana del Mar disfrutaríamos de historia y gastronomía a partes iguales sumergiéndonos en sus empedradas calles donde encontramos cada vez más señales alusivas al Camino de Santiago. El largo kilometraje de las etapas diseñadas y la premura por llegar a nuestro destino del día hace que dejemos las Cuevas de Altamira para una futura visita que a buen seguro nos sabrá igualmente bien.
Siempre sin abandonar caminos rurales y pocas veces empleando carreteras secundarias seguimos el camino en dirección Oreña, Cobreces con su famosa iglesia de San Pedro y Novales entre otros pueblos de menor entidad hasta que en la lejanía divisamos las afiladas cúpulas de los edificios históricos de esta ciudad intelectual por excelencia.
Pasado ya el medio día y con las fuerzas algo mermadas aprovechamos un bonito rincón a la sombra cerca del arroyo del Capitán donde recuperarnos para afrontar el último tramo de la etapa.
Desde allí ya solo restarían una decena de kilómetros hasta San Vicente de la Barquera donde un merecido baño en su laguna del parque natural de Oyambre pondría fin a esta bonita etapa.
FICHA DE RUTA:
-Descripción:
-Distancia: kms
-Duración: h totales, en movimiento
-Dificultad física: media - alta
-Dificultad técnica: baja
CRÓNICA:
4ª Etapa: Villaviciosa - Cornellana.
FICHA DE RUTA:
-Descripción:
-Distancia: kms
-Duración: h totales, en movimiento
-Dificultad física: media - alta
-Dificultad técnica: baja
CRÓNICA:
-Fecha: 28-07-2015
5ª Etapa: Cornellana - Grandas de Salime.
FICHA DE RUTA:
-Descripción:
-Distancia: kms
-Duración: h totales, en movimiento
-Dificultad física: media - alta
-Dificultad técnica: baja
CRÓNICA:
-Fecha:
-Fecha: 28-07-2015
6ª Etapa: Grandas de Salime - Lugo
FICHA DE RUTA:
-Descripción:
-Distancia: kms
-Duración: h totales, en movimiento
-Dificultad física: media - alta
-Dificultad técnica: baja
CRÓNICA:
7ª Etapa: Lugo - Santiago de Compostela.
FICHA DE RUTA:
-Descripción:
-Distancia: kms
-Duración: h totales, en movimiento
-Dificultad física: media - alta
-Dificultad técnica: baja
CRÓNICA:
Se me ponen los pelos como escarpias, qué recuerdos y que envidia sana.
ResponderEliminarEnhorabuena por la ruta y la experiencia...
Buen camino
Muchas gracias!! la verda que ha sido una experiencia muy muy buena... Sin duda una de las imprescindibles travesias de nuestro territorio...
EliminarPrecioso e impresionante recorrido norteño. Las fotos nunca defraudan. Enhorabuena por llenaros los ojos de tanta belleza. Que sigan las pedaladas...
ResponderEliminarEnhorabuena por el impresionante recorrido. Yo, como Paquito, también he evocado recuerdos muy bonitos. Hice en 2001 un recorrido muy parecido al vuestro solo que en tiempos en los que el camino no estaba señalizado y no existían los GPS. Además, al viajar en solitario, no se hacía muy recomendable la aventura de adentrarse mucho por caminos solitarios.
ResponderEliminarSobre aquella experiencia, hay otra cosa que se echa en falta, y son las fotos. Otra cosa que era con cuentagotas por no existir la fotografía digital.
Esto es lo que escribí en el foro de la Ciclolista en Agosto de 2001.
-- Hola a todos,
Hace pocas fechas he realizado la travesía San Sebastián - Santiago de
Compostela recorriendo en una primera parte el llamado Camino Norte hasta
Asturias y posteriormente el Camino Antiguo desde Gijón a Santiago.
Un total de 1006 kms en el que he podido gozar de nuestra España Verde en
toda su extensión.
Las etapas han sido nueve:
(1) San Sebastián - Gernika (por la costa)
(2) Gernika - Zierbana (BI) (por la costa)
(3) Zierbana - Astillero (S)
(4) Astillero - Arenas de Cabrales (Oviedo)
(5) Arenas de Cabrales - Gijón
(6) Gijón - Tineo
(7) Tineo - Grandas de Salime
(8) Grandas de Salime - Lugo
(9) Lugo - Santiago de Compostela.
Aun siendo un recorrido de peregrinaje los peregrinos brillan por su
ausencia. En 900 kms de S.Sebastián hasta Palas de Rey en mi sentido de
marcha he encontrado a cinco a pie y en sentido contrario dos a pie y tres
en bici. Lógicamente pues, en los albergues en los que he hecho noche
(Astillero, Tineo, Grandas y Lugo) he dormido siempre solo. El resto de
noches he tenido que buscar habitación en hostales, pensiones o casas
particulares.
A lo largo del camino he conocido a mucha gente y en su casi totalidad la
nota más destacada ha sido la simpatía, amabilidad y hospitalidad.
Las carreteras por las que he transitado han sido de buen pavimento casi
siempre y la relación con los coches ha sido casi siempre buena. Habría
que destacar en lo positivo la zona cántabra entre Ajo y Somo con un
excelente carril bici (qué maravilla) y en lo negativo la llegada a
Villaviciosa con muchísimo tráfico y una carretera sin arcén con mucho
peligro.
La climatología se puede calificar de muy buena. No llega a excelente
porque los tres últimos días hubo tormentas por las tardes. De estas tres
una me pilló de lleno y otras dos a medias. El resto de días han sido
excelentes con un tiempo fresquito con alguna nube pero también con
grandes claros y una temperatura suave y agradable para la práctica del
cicloturismo.
La orografía del terreno es bastante quebrada. La zona costera desde
S.Sebastián hasta la zona de Ajo en Cantabria es una sucesión de subidas
no muy largas y de desniveles medios pero que todos juntos hacen las
jornadas muy duras. A partir de Ajo y hasta Cabrales encontré la zona más
llana del recorrido. Después de Cabrales volvieron las subidas más largas
con El Fito como máximo exponente. Las etapas sucesivas ya tuvieron otra
vez bastante montaña pero aquí eran puertos un poco más largos (Cabruñana,
Espina, Palo, Acebo). Una vez adentrados en Galicia es otra cosa distinta,
aquí son los repechones lo que abunda, dientes de sierra sin cesar. Así
hasta llegar a Santiago.
He realizado prácticamente todo el recorrido por asfalto exceptuando la
zona entre Palas de Rey y Santiago que la he realizado por tierra. Este
último tramo es muy bonito y como llegué con la tormenta pisándome los
talones no había apenas tráfico de peregrinos.
Enhorabuena de nuevo.
Un saludo.
José María Cardona